domingo, 21 de junio de 2009

intensidad y necesidad.

Detrás de la estrepitosa ventana que mira al jardin secreto
los gatos no se logran dar cuenta de la inmensa cantidad de aves entre los girasoles
los gatos sufren por el pequeño canario en el centro de la casa encerrado en una jaula de pequeño tamaño , separado por un gran vacio del suelo, vacio como el estomago de los gatos.
Han pasado horas mirando cada sombra entre cada pluma escuchando cada cantico , cada mañana y media tarde , anhelando cada momento en que el techo desprevenido suelte cansado aquel pequeño, hijo soberbio de sus paladares.
Los gatos reclaman, se muerden el lomo entre si y se autoconvencen que la vida será comer restos de los grandiosos congrios de los dias domingos , los huesos de pollo de las cazuelas de los lunes, el atún sobrante de la entrada del martes , la asquerosa mezcla de semola con visceras de los miercoles , la basura de los vecinos de los jueves y los restos de asado de los viernes y sabados, no es una mala vida, sólo que han tenido que olvidarse de viejas costumbres propias de los gatos que han vuelto de ellos el hazme reir de la cuadra.

No hay comentarios: